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miércoles, 17 de septiembre de 2025

‘El último tren’ de Isabel Gemio en RNE

La parrilla nocturna de Radio Nacional de España (RNE), a partir de las 23:30 horas, esta nueva temporada 25-26, nos ofrece ‘El último tren’, un magazine presentado por Isabel Gemio que busca ser un refugio de calma y conversación en las últimas horas del día. Tras escuchar su primera emisión, merece la pena detenerse en algunas de sus claves.

La conducción: el regreso de una voz veterana.

Isabel Gemio regresa a la radio tras varios años de ausencia, y lo hace con la soltura de quien se sube a una bicicleta. Su tono es cercano, íntimo y matizado, perfecto para la franja horaria en la que se emite. Transmite una calma que invita a quedarse escuchando. Su dicción es clara y pausada, sin perder un ápice de naturalidad.

Se nota la experiencia de una carrera radiofónica que comenzó siendo muy joven en emisoras como Radio Extremadura o Ràdio Barcelona. No da la sensación de leer un guion; conversa con el micrófono, y ese es su mayor acierto. En el primer programa, su emoción por el reencuentro era palpable. “Aquí estoy, más mayor, con el corazón más roto, pero con la ilusión intacta”, confesaba, estableciendo de inmediato una conexión de honestidad con el auditorio.

Un viaje en vagones temáticos

La estructura del programa es flexible, como un tren que puede hacer paradas inesperadas pero sin perder nunca su rumbo. Isabel actúa como maestra de ceremonias, presentando a sus colaboradores y guiando las transiciones con suavidad. El programa se articula en tres bloques horarios.

La introducción es potente, con una cuidadosa selección musical (como la chirigota ‘Para, para’ del grupo Desobedece) que marca el tono desenfadado y emotivo. El cierre es igualmente reflexivo, siempre agradeciendo la compañía del oyente. Las secciones no están rígidamente delimitadas, sino que fluyen en una conversación orgánica, lo que puede resultar caótico para quien busque un formato ultra-estructurado, pero encaja perfectamente con el espíritu nocturno que pretende crear.

Temática y profundidad: de las emociones a la ciencia

Isabel Gemio ha cumplido lo que prometió: apartarse del ruido político y centrarse en historias y personas. Y lo cierto es que el programa transita con soltura por territorios tan distintos como la psicología, la ciencia, la cultura o el humor. Aunque alguna de las llamadas que se les han colado intentaba lo contrario.

Uno de los primeros invitados es la psicóloga clínica Inma Puig, que habla de su libro La revolución emocional. Lejos de los tópicos, su intervención ofrece reflexiones profundas y al mismo tiempo accesibles. Defiende la importancia de la sensibilidad en una sociedad que a menudo premia la fuerza. “Solo el sensible es confiable. El pasado ha sido de los fuertes físicamente. El futuro es de los sensibles”.

Ese mismo afán por explicar con claridad también se aprecia en la vertiente científica del programa. El biólogo Ricardo Moure consigue acercar cuestiones complejas a los oyentes al analizar por qué aún no existe una vacuna definitiva contra el VIH. Además de desmontar bulos, pone el acento en los avances recientes, como el fármaco Lenacapavir, del que destaca: “Se pincha solamente cada seis meses… eso supone que la ‘adherencia’ es brutal para personas en riesgo de exclusión”.

El terreno cultural y social encuentra su espacio con el periodista Oriol Rosell, que en su libro Matar al papito examina el fenómeno del reguetón. Con una mirada sociológica y generacional, Rosell explica por qué este género conecta con los jóvenes, mientras a sus padres les resulta tan ajeno, abriendo un debate intergeneracional en torno a la música urbana.

El contrapunto lo aporta el humor de Valeria Ros con su análisis de la actualidad en tono ácido y personal, cargado de ironía. Desde modas como el staycation —esas vacaciones sin salir de casa— hasta el repaso irónico a costumbres veraniegas, Ros aporta frescura y hace que el oyente termine el trayecto con una sonrisa.

Así, El último tren se perfila como un programa donde la reflexión convive con la divulgación, la cultura se cruza con el entretenimiento y el humor equilibra los temas más serios. Un espacio que demuestra que la radio todavía tiene la capacidad de sorprendernos cuando se pone al servicio de las historias y de las personas.

La profundidad varía según el invitado, pero su conductora siempre intenta guiar la conversación hacia lo humano, preguntando por las implicaciones emocionales o sociales de cada asunto. No es un programa de entrevistas técnicas, sino de ideas con rostro.

Producción sonora: alta calidad con sello RNE

Como es habitual en RNE, la calidad de audio es impecable. La voz de su presentadora se escucha nítida y con una calidez que aprovecha el rango dinámico del medio. El uso de la música no es un mero elemento de relleno, sino una parte narrativa más. Desde el tema de cabecera hasta las canciones elegidas por cada colaborador para definirse.

Los efectos de sonido son mínimos y discretos, priorizando la conversación. La ambientación se logra con el tono de voz y la música, creando ese espacio íntimo que busca el programa.

Audiencia objetiva: adultos que buscan sustancia y compañía

El espacio está dirigido a un público adulto, probablemente por encima de los 40 años, que valora la profundidad por encima de la velocidad. Es para oyentes que buscan algo más que entretenimiento; buscan comprensión, reflexión y esa sensación de comunidad que da escuchar a alguien hablar de temas relevantes con calma a altas horas de la noche. Se adapta perfectamente a este target, ofreciéndoles un contenido a su medida, lejos del sensacionalismo y la inmediatez agresiva.

Valoración general: un refugio para incondicionales en la noche radiofónica

Entre los puntos fuertes del espacio destacar la variedad temática bien dosificada, capaz de mantener el interés sin perder coherencia. La cuidada producción sonora refuerza ese tono íntimo y calmado que encaja a la perfección con la franja horaria en la que se emite, mientras que el respaldo de un equipo de colaboradores de primer nivel asegura rigor y frescura en cada intervención.

No obstante, la estructura, tan fluida y abierta, puede desconcertar a algunos oyentes acostumbrados a programas con secciones muy delimitadas. Además, en ciertas ocasiones, los saltos de un tema a otro —por ejemplo, pasar de la psicología al humor— resultan algo bruscos y rompen el ritmo de escucha. Son detalles menores, pero conviene señalarlos para comprender mejor la personalidad del programa.

¿Lo recomendaría? Especialmente para los incondicionales de Isabel, a quienes les ofrece este viaje nocturno al que —mucho nos tememos— no todo el mundo estará dispuesto a subirse.

Escúchalo en RNE

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domingo, 14 de septiembre de 2025

Osos y Flamencos: redescubrir la historia hispana a través de la conversación

El podcast que analizamos hoy, Osos y Flamencos, historias de la diversidad hispana, impulsado por la asociación Unidos por la Historia, es un espacio de divulgación que busca acercar episodios del pasado con frescura y mirada abierta. El capítulo que hemos elegido para analizarlo se titula: El Galeón de Manila: El barco que cambió la historia. Estamos ante un ejemplo que ilustra bien el planteamiento: una charla entre la conductora Beatriz Paredes y sus invitados Juan Miguel Zunzunegui e Inés Carvajal, que transita entre lo anecdótico y lo estructural de aquel fenómeno histórico.

La conducción de Beatriz Paredes resulta cercana y natural. Se nota un tono de complicidad con los invitados, a quienes presenta como “buenos amigos”. El ritmo es ágil, aunque no siempre regular: la conversación fluye con espontaneidad, a veces con interrupciones o frases inconclusas, lo que aporta calidez, pero resta un poco de claridad. Los tres participantes muestran soltura y entusiasmo, con momentos de humor y expresiones coloquiales. Ese estilo conversacional logra transmitir pasión por el tema, aunque no siempre mantenga un tono académico.

El episodio arranca con una introducción breve y directa. La transición hacia el asunto central es rápida: “El Galeón de Manila o la Nao de China… tenemos mucho que platicar”. A partir de ahí, se desarrolla un diálogo que combina datos históricos con reflexiones. La ausencia de secciones marcadas puede dificultar al oyente menos familiarizado seguir la línea argumental, pero al mismo tiempo le da un aire informal y dinámico. El cierre retoma el concepto de globalización y lo enlaza con el presente, proponiendo imaginar un “nuevo Galeón de Manila” en el siglo XXI.

El capítulo aborda un tema conocido en la historiografía, pero lo hace desde una perspectiva divulgativa que combina economía, cultura y política. La charla resalta cómo el Galeón de Manila no solo transportaba mercancías, sino también ideas y modos de vida. Se citan ejemplos concretos: “En México tenemos trajes típicos… como el de la China poblana, que llega por la Nao de China” o “el mole es la adaptación de lo prehispánico con los curris que vienen de la India”. Estos fragmentos ilustran cómo la conversación conecta la historia global con elementos cotidianos. Aunque no profundiza de forma sistemática, sí aporta miradas sugerentes.

El programa se apoya casi exclusivamente en la voz de los participantes. No hay efectos que marquen transiciones, lo que refuerza el carácter de charla entre amigos. La calidad del audio es clara. El resultado es válido para seguir la conversación, aunque un oyente habituado a podcasts con diseño sonoro más elaborado podría echar en falta pausas musicales o recursos narrativos.

El espacio parece dirigido a un público interesado en la historia hispana desde un enfoque divulgativo y ameno, más que a especialistas. La naturalidad de los conductores y el tono coloquial lo hacen accesible a quienes buscan aprender sin entrar en un análisis erudito. Su cercanía favorece la escucha de audiencias amplias, desde estudiantes hasta curiosos de la historia cultural.

En otros recientes capítulos de Osos y Flamencos descubrimos cómo España dejó huella en América y en su propia historia. Desde la fundación de universidades y cátedras de lenguas indígenas hasta el reinado de Isabel la Católica, pasando por la conquista de Hernán Cortés y la conexión global del Galeón de Manila. Los franciscanos también dejaron su impronta construyendo hospitales, colegios y protegiendo culturas locales. Cada episodio es un viaje que une pasado y presente, mostrando la riqueza de la herencia hispana.

Desde el punto de vista del oyente, Osos y Flamencos se percibe como una conversación apasionada que logra transmitir interés por temas históricos a menudo olvidados. Sus principales fortalezas son la cercanía en la locución, el conocimiento de los invitados, y la capacidad de conectar el pasado con ejemplos concretos de la vida cotidiana. Entre las debilidades, se encuentra la falta de una estructura más marcada.

En definitiva, es un podcast recomendable para quienes quieran acercarse a la historia de manera amena, con la sensación de estar escuchando una tertulia entre amigos que disfrutan del tema. Como dijo uno de los invitados hacia el final: “Es espectacular pensar que es la primera globalización… la auténtica y primera globalización del mundo”. Esa mezcla de entusiasmo y curiosidad resume bien lo que ofrece este proyecto.

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miércoles, 10 de septiembre de 2025

El hombre de las mil caras: Cuando una multinacional sueca se aventura en la ficción sonora

IKEA ha dado un paso inusual en el panorama del podcast español. La cadena de muebles sueca lanzó en febrero de 2025 su primera incursión en la ficción sonora con “El hombre de las mil caras”, una producción que mezcla elementos de marketing corporativo con narrativa de misterio. El resultado es un experimento arriesgado que merece análisis más allá de sus evidentes intenciones comerciales.

Una trama que comienza en los pasillos de IKEA

El primer episodio, titulado “La desaparición del collar de oro maya”, establece los códigos de lo que será esta serie de ocho capítulos de diez minutos cada uno. La historia comienza cuando Nieves y su amiga Pili terminan de hacer compras para la futura tienda de la primera. Un encuentro fortuito con un hombre “torpe” en los alrededores del establecimiento desencadena el misterio: ha desaparecido un valioso collar maya.

La protagonista de la investigación es Sara Martínez Blasco, una detective adulta que en su juventud fue conocida como “niña detective” tras resolver el caso del robo del Banco del Sur. La elección de este personaje permite establecer credibilidad narrativa mientras se introduce al oyente en el universo de la serie.

Locución entre lo profesional y lo amateur

El aspecto más llamativo de la producción es la participación de empleados reales de IKEA como actores de voz. Rodrigo Martínez, del Centro de Atención al Cliente de Valladolid, Sagrario Escribano, directora de la tienda de Sevilla, y Sarai Clavijo, también de Sevilla, entre otros, prestan sus voces a los personajes.

Esta decisión marca tanto las fortalezas como las debilidades del podcast. Por un lado, aporta autenticidad y cercanía. Las voces suenan naturales, sin la impostación típica de las producciones radiofónicas convencionales. Por el contrario, se nota claramente que no son actores profesionales. El ritmo es irregular, la dicción a veces imprecisa y la interpretación carece de matices dramáticos.

Sara Martínez, interpretada presumiblemente por una actriz profesional, marca un contraste notable. Su locución es más fluida y convincente. “Soy Sara Martínez Blasco y soy la chica a la que la prensa llamó hace años la niña detective”. Sin embargo, incluso aquí se percibe cierta rigidez en el guion que limita la naturalidad del discurso.

Estructura narrativa funcional pero previsible

El episodio sigue una estructura clásica de introducción al misterio. Comienza con la presentación de la protagonista, desarrolla la situación conflictiva y cierra con el planteamiento del caso. La duración de poco más de diez minutos obliga a un desarrollo acelerado que, si bien mantiene el interés, no permite profundizar en los personajes.

La transición entre escenas es correcta, aunque se echa en falta mayor dinamismo. Los diálogos fluyen con naturalidad en algunos momentos, especialmente en las conversaciones entre Nieves y Pili durante sus compras.“Uy, Nieves, esas estanterías, ¿no? Que el verde no te combina bien con la mesa”.

Producción sonora discreta

La calidad técnica del audio es aceptable y los efectos le dan credibilidad a las escenas, aunque una banda sonora más elaborada habría aportado tensión dramática y ayudado a diferenciar mejor los momentos narrativos.

Un público objetivo difuso

“El hombre de las mil caras” se dirige, en mi opinión, a dos audiencias diferentes que no siempre confluyen. Por un lado, busca atraer a potenciales empleados de IKEA mostrando los beneficios laborales de la empresa. Por otro, pretende funcionar como entretenimiento para el público general aficionado a los podcasts de misterio.

Esta dualidad de objetivos genera cierta confusión narrativa. Los momentos más fluidos son aquellos en los que prima la historia detectivesca, mientras que las referencias a la cultura corporativa de la empresa suenan forzadas y ralentizan el ritmo narrativo.

El experimento desde la perspectiva del oyente

Como oyente de podcasts de ficción, “El hombre de las mil caras” resulta una curiosidad más que una propuesta sólida de entretenimiento. La premisa es atractiva y el misterio del collar maya genera suficiente intriga para mantener la atención durante los diez minutos de duración.

Sin embargo, la sensación de estar escuchando un producto publicitario condiciona la experiencia. Cuando Nieves exclama: ¡Ay, qué bien! Venga, tira, tras conocer que IKEA se encargará del envío de sus compras, la función comercial puede sobreponerse a la narrativa.

Fortalezas y debilidades de un experimento arriesgado

El principal acierto de esta producción radica en su originalidad. Pocas empresas se han aventurado en España a producir ficción sonora como herramienta de marca empleadora. La participación de empleados reales aporta un toque humano que diferencia esta propuesta de las campañas publicitarias convencionales.

La principal debilidad es la falta de cohesión entre objetivos comerciales y narrativos. El podcast funciona mejor cuando se olvida de su propósito corporativo y se centra en desarrollar el misterio. Los diez minutos de duración, aunque apropiados para el consumo actual de podcasts, pueden limitar el desarrollo de personajes y situaciones, a no ser que se escuche la serie de un tirón.

¿Vale la pena escucharlo?

Estamos, en definitiva, ante un experimento que merece reconocimiento por su audacia más que por su ejecución. Para profesionales del marketing y la comunicación corporativa, resulta un caso de estudio interesante sobre cómo las marcas pueden explorar nuevos formatos narrativos.

Para el oyente medio de podcasts de ficción, ofrece entretenimiento ligero sin grandes pretensiones artísticas. No está destinado a competir con producciones como “Caso 63” o “Relatos de medianoche”, sino a cumplir una función específica dentro de la estrategia de comunicación de la multinacional.

El verdadero valor de esta propuesta no reside tanto en su calidad como producto de entretenimiento, sino en su significado como precedente de lo que las empresas españolas pueden hacer en el ámbito del branded content sonoro. En ese sentido, esta serie indica un camino que otras marcas podrían explorar.

Javier el Busto (jelbusto@radioyentes.com)

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domingo, 7 de septiembre de 2025

Cómo andar en bicicleta: memoria, historia y adoquines

En la madrugada de los viernes de verano, desde la 01:00 hasta las 02:00 h, Carlos Ripollés nos ofrece su espacio “Cómo andar en bicicleta”, un programa de Radio Nacional de España (RNE) que no se conforma con hablar de pedales y carreteras. El espacio busca detenerse justo cuando el ciclista se baja de la bici y mira alrededor. Esta filosofía se percibe en cada palabra del episodio en el que se analiza el Tour de Francia y la París-Roubaix, donde Ripollés conversa con el periodista Jesús Gómez Peña y otros invitados que conectan historia, paisaje y cultura ciclista.

Locución y estilo

Carlos Ripollés mantiene un tono cálido y reflexivo que invita más a observar que a correr. Acompaña al oyente alternando la narración con preguntas bien construidas que evitan el protagonismo.

Frases como “En cómo andar en bicicleta ya hemos hablado, por ejemplo, de Alfons Steins…” muestran su estilo próximo, casi de charla junto al café. Permiten guiños y recuerdos, pero sin perder de vista al interlocutor.

Jesús Gómez Peña, invitado principal del episodio, aporta mucho conocimiento y gusto por contar, con la seguridad que le da el haber cubierto 20 ediciones del Tour. Su tono es cercano y directo, sin artificios y mucha experiencia periodística compartida con naturalidad.

Estructura del contenido

El episodio tiene dos partes claras: una conversación con Jesús Gómez Peña centrada en el Tour de Francia, y otra en la que se recorre la París-Roubaix a través de testimonios diversos: el ciclista aficionado Rafa —cuyo apellido no se menciona, aunque sería interesante conocerlo—, el geólogo Dani Monfort, que trabaja para el gobierno francés, y Petter Cossins, periodista y autor de “Monumentos, pasión y gloria de las grandes carreras de un día”.

La estructura se sostiene sobre transiciones suaves, sin cuñas sonoras forzadas. La duración es adecuada, teniendo en cuenta todo lo que hay por contar. Se abre con un texto evocador, como un pequeño relato de Colette sobre la Vuelta de 1912, y se cierra con una reflexión: “Seguiremos entrenando para ver si algún día nos atrevemos con los adoquines, mientras los vemos por el televisor.”

Hay introducción, desarrollo y cierre, aunque el episodio se permite fluir como una conversación más que como un guion estricto.

Temática y profundidad

El tema central es doble: la historia del Tour de Francia, desde sus primeras y curiosas ediciones, hasta las vivencias personales de la París-Roubaix. Ambos hilos se unen con un enfoque que huye de la actualidad deportiva para abrazar el relato, el recuerdo y la experiencia.

Gómez Peña aporta contexto histórico, anécdotas y pequeñas historias humanas: desde el corredor sordo Jacques Geus hasta la “guerra fría” entre Bahamontes y Julio Jiménez. También aborda temas polémicos como el dopaje.

Por su parte, la segunda mitad cambia de registro. El testimonio de Rafa, ciclista aficionado, transmite desde el temblor de la bicicleta hasta el polvo que se levanta entre adoquines. “Todo tiembla, ruidos por todas partes, la cadena golpeando, botando tus gafas, tu casco, todo.”

La intervención del geólogo Monfort añade una capa técnica e inesperada sobre la construcción de caminos, mientras que Cossins contextualiza cómo los adoquines pasaron de símbolo de atraso a patrimonio cultural.

Producción sonora

La calidad del audio es buena como siempre, lo que contribuye a crear un ambiente sobrio. No hay música de fondo constante, pero sí un uso puntual de fragmentos musicales o narrativos que enmarcan la historia, como al inicio o al citar pasajes documentales. Uno de ellos, sorprendentemente largo —más de 4 minutos— que suponemos, estará motivado por algún problema técnico.

Este estilo contenido refuerza el enfoque del programa: aquí no se busca impacto, sino compañía.

Audiencia objetiva

El programa está claramente dirigido a un oyente adulto, curioso y con sensibilidad por lo narrativo, más que a un aficionado al ciclismo técnico. No apuesta por la actualidad deportiva ni por el análisis competitivo, sino por el recorrido vital y humano del ciclismo como cultura.

Resulta ideal para quien se interesa por las historias que hay detrás del deporte, los paisajes, los detalles históricos y las emociones. También puede atraer a oyentes habituales de radio nocturna, donde el ritmo es más pausado y reflexivo.

Valoración general

Cómo andar en bicicleta” destaca por su tono literario, su calidez en la conducción y la profundidad del contenido. La mayor fortaleza del programa es su capacidad de conectar con el oyente a través del relato pausado y la elección precisa de invitados que aportan mucho.

Como aspecto mejorable, decir que aunque el enfoque histórico es muy interesante, el programa da por hecho que el oyente conoce ciertos nombres, eventos y términos del mundo ciclista. No se explican algunos elementos que podrían ayudar a contextualizar mejor.

Desde el punto de vista del oyente, la experiencia es grata y envolvente. Uno siente que está en una mesa con quienes realmente saben de lo que hablan, pero sin arrogancia ni datos técnicos excesivos. No hace falta haber subido al Tourmalet para disfrutarlo.

Javier el Busto (jelbusto@radioyentes.com)

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miércoles, 3 de septiembre de 2025

“El Factor Enigma”: un viaje sonoro a los límites de la condición humana

En su capítulo “Experimentos médicos durante el nazismo”, del podcast El Factor Enigma, Txelu Muñoz nos conduce por uno de los pasajes más oscuros de la historia, donde la medicina dejó de ser un refugio para la vida y se convirtió en un instrumento de crueldad. Un episodio que, aunque no se adentra en misterios paranormales, encaja en esa otra categoría de enigmas que enfrentan al oyente con la maldad humana.

La locución de Txelu se caracteriza por un tono cercano, reflexivo y con un ritmo pausado, que acompaña el peso del tema tratado. Su dicción es clara, con un cuidado especial en las pausas y entonaciones, lo que facilita seguir un relato cargado de datos y descripciones crudas. Aunque mantiene la formalidad, hay momentos de complicidad con el oyente que alivian ligeramente la dureza del contenido, sin restarle gravedad. Esa naturalidad y su estilo de narración directa ayudan a sostener un episodio largo sin caer en la monotonía.

La estructura está bien definida: comienza con una introducción que contextualiza el tema, alejándose del misterio habitual para advertir que se trata de un episodio histórico documentado. A partir de ahí, el contenido se organiza en dos grandes bloques: los experimentos ligados a la eugenesia y los orientados al esfuerzo de guerra. Dentro de cada uno, el relato avanza de lo general a lo particular, alternando explicaciones históricas con casos concretos y nombres propios como Joseph Mengele, Carl Clauberg o Sigmund Rascher. El cierre retoma el tono reflexivo, plantea preguntas éticas y personales, y ofrece al oyente un espacio para la introspección y el debate.

En cuanto a la temática y profundidad, el episodio aporta un recorrido detallado por el origen y aplicación de la eugenesia, no solo en el Tercer Reich, sino también en otros países y épocas. Este contexto previo enriquece el relato y permite entender que, aunque Alemania llevó esas ideas al extremo, no surgieron en un vacío histórico. El tratamiento es exhaustivo, citando leyes, programas específicos y métodos aplicados, con descripciones que, aunque duras, son necesarias para dimensionar los hechos. El enfoque, sin caer en el sensacionalismo, invita a la reflexión sobre la ética en la ciencia y su posible instrumentalización.

Una mirada a otros episodios nos ayuda a entender eventos que van desde las grandes oleadas de avistamientos OVNI —como las luces de Phoenix, la batalla de Los Ángeles o el misterioso Triángulo de Broad Haven— hasta encuentros cercanos con humanoides y testimonios de contacto en lugares emblemáticos como Montserrat o el Rancho Skinwalker. Entre estos relatos, también se adentra en conspiraciones históricas, desde el accidente nuclear de Palomares hasta las teorías que rodean al aeropuerto de Denver y el incendio del Hotel Corona de Aragón, sin olvidar trágicos episodios como Waco o los experimentos médicos nazis, tejiendo un viaje continuo entre misterio, historia y lo inexplicable.

La producción sonora es sencilla y funcional. El eje es la voz del narrador, acompañado de una suave música de fondo, lo que refuerza la sensación de conversación íntima con el oyente. La calidad de audio es nítida, sin ruidos de fondo ni problemas de compresión.

El público objetivo puede ser el de oyentes interesados en historia, ética, y crímenes contra la humanidad, así como oyentes habituales de programas de misterio. El episodio se adapta bien a un oyente que valora la documentación y el contexto, más que la dramatización.

En conjunto, El Factor Enigma ofrece en este capítulo un contenido de alto valor informativo y reflexivo. Entre sus fortalezas destacan la cuidada narración de Txelu, la claridad expositiva y la capacidad para integrar contexto histórico con casos concretos. Como posible pega, podría señalarse la duración, que exige un oyente dispuesto a invertir tiempo y concentración, y la dureza de las descripciones, que pueden resultar incómodas. Sin embargo, esa misma crudeza es parte de su honestidad narrativa.

Desde la perspectiva de un oyente, el capítulo se vive como una conversación documentada en la que el narrador no solo cuenta hechos, sino que comparte dudas y reflexiones personales. Fragmentos como:

“No son pocas las personas célebres de varios ámbitos, que en algún momento de sus vidas se aproximaron, incluso se implicaron con el asunto de la eugenesia”

Refuerzan la conexión entre la voz del narrador y quien escucha, trascendiendo el mero dato histórico.

Recomendable, en definitiva, para quienes buscan un podcast que no solo informe, sino que confronte con preguntas incómodas y necesarias, El Factor Enigma demuestra que el misterio también puede encontrarse en las sombras más documentadas de nuestra historia.

Javier el Busto (jelbusto@radioyentes.com)

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lunes, 1 de septiembre de 2025

Reseñas sonoras de verano en Radioyentes

En Radioyentes queremos analizar espacios y compartirlos. Estamos acostumbrados a ver reseñas, críticas y análisis sobre libros, cine y teatro. ¿Por qué no sobre programas de radio y podcast? Con esa idea, este mes de agosto hemos descubierto algunas propuestas que merecen ser analizadas y compartidas.

Os presentamos en este breve resumen un aperitivo de cada una de ellas, aunque podéis ampliar de manera más extensa dichas reseñas en los enlaces que os dejamos.

Comenzamos con Cinco Bocados, el programa de RNE que conduce Manu Martín Albo. En esta ocasión, la invitada es Espido Freire, y lo que parecía una charla sobre comidas se convierte en un recorrido emocional lleno de recuerdos, confidencias y reflexiones. No es un espacio gastronómico al uso, sino una conversación sin prisa, con pausas que invitan a pensar y una producción limpia que realza la naturalidad del encuentro. Ideal para escucharlo en una merienda tranquila, cuando el tiempo parece detenerse.

Seguimos con Motivos suficientes, también en RNE, un programa de madrugada en el que María Paredes nos guía entre lo real y lo fantástico. Desde amaneceres en Alaska hasta misterios espiritistas en Cádiz, pasando por ciencia espacial y memoria histórica, el espacio combina voces cercanas, ritmo pausado y una cuidada realización técnica que atrapa al oyente noctámbulo. Un refugio perfecto para quienes buscan compañía inteligente en la noche.

El verano también nos regala humor con Podría ser peor, la versión estival de un late show radiofónico presentado por David Asensio Fernández. Con tono coral, improvisación y la complicidad de sus colaboradores, el programa propone juegos con los oyentes, anécdotas sobre apps de ligue o gazpachos veraniegos, y un estilo desenfadado que lo convierte en una sobremesa radiofónica fresca y caótica a partes iguales.

Para los amantes de los viajes, destacamos el estreno de El Primer Vuelo, un pódcast de la Cadena SER que arranca en Copenhague. Con las voces de Pedro Blanco, Mariola Sarrió y Jorge Sánchez, nos transporta a través de entrevistas, música y cultura, alejándose de la guía turística para acercarnos a la vida real de la ciudad. Una propuesta cuidada, amable y muy recomendable para quienes disfrutan viajando con los oídos.

Y si hablamos de manías y rarezas, el espacio Me pasa una cosa, con Manuel Burque al frente en la Cadena SER, es toda una sorpresa. Invitados como Miguel Maldonado comparten obsesiones con humor e ironía, en un formato que juega con lo confesional sin caer en dramatismos. Una escucha ligera y divertida que convierte lo cotidiano en material sonoro cercano.

En otro registro, Dos por cuatro, también en la SER, reúne a Máximo Pradera y Rafa Panadero con invitados que eligen canciones para una isla desierta. Lo que surge es una conversación llena de anécdotas, risas y memoria compartida, donde la música es excusa para viajar por la vida de sus protagonistas.

Nos detenemos ahora en La familia correcta, una serie documental en seis entregas producida por El País Audio, Chora Media, y Europod, dentro del proyecto europeo WePod. Una propuesta rigurosa y muy bien narrada por Elsa Cabria y su equipo, que nos sumerge en el auge de las redes ultraconservadoras en Europa. No es un pódcast ligero, pero sí necesario: voces, datos y relatos que nos ayudan a comprender realidades políticas y sociales que nos afectan de cerca.

En un registro muy distinto, Noches de Historia, de Iván Patxi, nos propone revisar mitos históricos con rigor y estilo narrativo. El primer episodio, Pelayo no fue el principio, cuestiona el relato oficial sin perder el ritmo del entretenimiento. Una audioserie que invita a dudar, pensar y disfrutar de la historia como un relato vivo. Perfecto para quienes buscan profundidad y un buen guion.

Si lo que apetece es una entrevista veraniega con frescura, Plan B en RNE, con Alejandro Baca, se convierte en una estupenda opción. En la edición reseñada, con Paula Vázquez y Gorka Rodríguez, la complicidad y la naturalidad fluyen sin artificios, entre confidencias, recuerdos y humor. Una radio que suena cercana, como una conversación que podríamos estar escuchando en la mesa de al lado.

También hay espacio en nuestras reseñas para el deporte con Grandes Hitos, de Onda Cero Podcast. En su primer episodio, con Pedro García Aguado, campeón olímpico de waterpolo, nos invitan a reflexionar sobre la derrota y el aprendizaje. Un formato coral, con humor, confesiones y psicología deportiva, que demuestra que perder también enseña tanto como ganar.

El podcast ¿Y si…?, de RNE, dirigido por Raquel Martín Alonso, tiene un enfoque curioso: deja que los niños pregunten, opinen y hasta debatan. En el episodio que hemos elegido para analizar, varios pequeños se lanzan a imaginar un mundo sin abuelos. Algunos lo ven como una distopía sin tortilla de patata (sí, eso lo dicen tal cual), otros como un lugar más triste y solitario. Y aunque al principio parece una pregunta divertida, pronto se convierte en algo más serio.

En un registro social y conmovedor, destacamos La Casa Grande, dirigido por Isabel Coello, que nos abre las puertas de un centro para mujeres víctimas de violencia machista. Con un tono respetuoso y una producción cuidada, se convierte en un refugio sonoro que pone voz a lo que rara vez se escucha con tanta honestidad. Una escucha intensa, pero necesaria.

Y acabamos nuestro repaso con el true crime que tiene nombre propio en castellano: Criminopatía, de Clara Tiscar y Podium Podcast. En el episodio dedicado a la llamada Bestia de Rupperswil, la autora reconstruye con precisión un crimen que conmocionó a Suiza. Narración clara, sin morbo innecesario, y un estilo cercano que convierte la crónica en un relato atrapante para amantes del género.

Con estas propuestas cerramos nuestro repaso de hoy: un abanico de voces y estilos que van de lo íntimo a lo documental, de la historia al humor, de la emoción a la investigación.

Hay mucho más que leer sobre cada una de las propuestas, como podrás comprobar en los enlaces que os hemos dejado sobre cada una de ellas, que encontraréis en nuestro blog

Esperamos vuestras opiniones y sugerencias de nuevos espacios a analizar.

domingo, 31 de agosto de 2025

La Casa Grande, un refugio sonoro contra el maltrato

Nos fijamos hoy en Radioyentes, en el primer episodio de La Casa Grande, dirigido y narrado por Isabel Coello. Una propuesta que nos adentra en el corazón de un centro pionero en España para mujeres víctimas de violencia machista. Desde el primer minuto, la advertencia inicial marca el tono: se trata de un relato crudo, con testimonios directos que abordan abusos físicos, psicológicos y sexuales. La advertencia no es un simple formalismo, sino una invitación a escuchar con respeto y preparación emocional.

Locución y estilo

Isabel conduce el episodio con un tono pausado y cercano, sin dramatismos forzados. Su dicción es clara, el ritmo está bien medido y permite silencios que otorgan peso a la narración. Destaca su capacidad para escuchar y dar protagonismo a las voces de las mujeres, evitando interrumpir o sobreexplicar. Este estilo narrativo transmite profesionalidad y empatía, sin perder naturalidad, mientras que las personas entrevistadas, con sus matices y acentos, aportan veracidad y diversidad al conjunto.

Estructura del contenido

El episodio avanza con una estructura bien definida: comienza con la citada advertencia, sigue con un caso central —la historia de Vanessa— y se abre hacia otras experiencias y la descripción del centro. Las transiciones son fluidas, apoyadas en conectores narrativos que permiten pasar del testimonio individual a la explicación institucional sin brusquedad. El cierre enlaza con la promesa de próximos episodios, reforzando la continuidad. La duración es suficiente para desarrollar la historia sin dispersarse, aunque la densidad del contenido requiere una atención sostenida.

Temática y profundidad

La originalidad no está en el tema —por desgracia, la violencia machista es un problema demasiado presente— sino en el enfoque. La Casa Grande ofrece una inmersión prolongada, siguiendo a las mujeres a lo largo de su proceso de recuperación. Esto permite mostrar no solo el momento de la huida, sino también la adaptación, los miedos y las pequeñas victorias cotidianas. Testimonios como el de Vanessa, que recuerda: “Yo antes no tenía una vida, tenía una supervivencia basada en el miedo. Nada más”, ofrecen una perspectiva directa y sin edulcorar.

Producción sonora

La selección sonora está muy cuidada, aunque a veces, para mi gusto, el audio de fondo suena demasiado alto, al menos en este primer episodio. La voz principal está grabada con nitidez y las entrevistas conservan un ambiente natural sin sacrificar la claridad. La música, compuesta por Manuel Morales, subraya momentos clave, evitando saturar. La edición, montaje y diseño sonoro son de Daniel Durán, con un excelente trabajo que integra pausas, transiciones y cambios de voz con precisión, generando un flujo narrativo coherente. No hay abusos de efectos, lo que refuerza la sensación de documental sonoro.

Audiencia objetiva

El podcast está claramente dirigido a un público adulto, interesado en temas sociales, feminismo y derechos humanos. También puede servir de recurso para profesionales de la psicología, trabajo social o educación, y para quienes buscan comprender mejor los mecanismos del maltrato y la recuperación. El lenguaje es directo pero accesible, evitando tecnicismos innecesarios.

Valoración general

Entre sus fortalezas destacan la proximidad emocional, el rigor narrativo y el respeto hacia los testimonios. El principal desafío para algunos oyentes puede ser la intensidad emocional del contenido, que exige un alto grado de implicación. Recomendable para quienes busquen un relato profundo y honesto sobre la violencia machista y las rutas hacia la recuperación. Como oyente, la experiencia es inmersiva: uno se siente invitado a entrar con mucho respeto en esta “casa” y escuchar lo que rara vez se cuenta con tanta franqueza.

Conclusión

La Casa Grande no es solo un podcast sobre maltrato; es un archivo vivo de voces que, tras el miedo y el dolor, encuentran un lugar para empezar de nuevo. Como resume una de las residentes al llegar: “Aquí no tienes que preocuparte de nada, aquí os vamos a cuidar”. Ese mensaje, repetido de distintas formas a lo largo del episodio, sintetiza la esencia de este proyecto sonoro: dar espacio, tiempo y voz a quienes más lo necesitan.

Javier el Busto (jelbusto@radioyentes.com)

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miércoles, 27 de agosto de 2025

Criminopatía: el caso de la bestia de Rupperswil

El podcast Criminopatía, escrito y presentado por Clara Tiscar y producido por Podium Podcast, se ha consolidado como una referencia en el true crime en castellano. En el capítulo dedicado a la llamada “Bestia de Rupperswil”, que hemos elegido para esta reseña, la autora reconstruye con detalle un caso que sacudió a Suiza en 2015. El cuádruple asesinato de una madre, sus dos hijos y la novia de uno de ellos.

Locución y estilo

La narración de Tiscar mantiene su sello característico: tono pausado, dicción clara y un ritmo que no se precipita. La voz se escucha relajada, sin estridencias, y transmite proximidad, como si se tratara de una conversación personal con el oyente. Ella misma ha explicado que evita el amarillismo y los detalles gratuitos, algo que se refleja en el episodio cuando advierte: “No voy a dar detalles escabrosos, pero este crimen está considerado uno de los más horribles de la historia criminal suiza”.

Estructura del contenido

El relato está bien organizado, avanzando de forma cronológica desde el hallazgo del incendio hasta la detención y juicio del culpable. Hay una introducción breve, un desarrollo en varias fases (investigación, perfil del sospechoso, reconstrucción del crimen). Y un cierre que repasa la condena y las consecuencias posteriores. El uso de pausas narrativas para aportar contexto o explicar técnicas policiales mantiene el interés. La duración resulta adecuada para la densidad de la información.

Temática y profundidad

El episodio se apoya en un caso real con abundante material policial y judicial. La autora no se limita a narrar los hechos: explica métodos de investigación como el rastreo de antenas o las búsquedas en Google, y aporta reflexiones sobre la gestión de la información en Suiza. 

Incluye testimonios indirectos y reacciones de vecinos, lo que hace que el tratamiento vaya más allá de la crónica fría y permite comprender el impacto social del crimen. No obstante, se echan en falta cortes con otras voces, para dichos testimonios.

Producción sonora

La producción apuesta por la claridad. La voz principal está bien ecualizada y sin ruidos de fondo. El uso de música es discreto. No se abusa de efectos, lo que refuerza la sensación de escucha limpia y centrada en el contenido.

Audiencia objetiva

El público al que se dirige es claramente el de personas aficionadas al género y que busca relatos detallados pero respetuosos. Oyentes interesados tanto en el trabajo policial como en el contexto social y humano de cada caso. La ausencia de sensacionalismo —a pesar de la crueldad de las historias que recoge— y el enfoque meticuloso, agradarán a los seguidores que valoran el rigor narrativo.

Valoración general

Como oyente, la experiencia es absorbente. La narración combina cercanía y precisión, sin recurrir a artificios —que insisto—, creo que ayudarían. 

Como muestra, basta con escuchar el momento en que la autora resume la detención: “El 12 de mayo, 146 días después del crimen, Thomas Nick, como cada día, va a desayunar al Starbucks… varios policías le rodean, le detienen y él no se resiste”. 

Entre sus fortalezas, destaca la capacidad para dosificar la información, mantener el suspense y explicar procedimientos complejos sin tecnicismos excesivos. Como posible punto débil, su ritmo pausado podría resultar demasiado lento para quienes prefieren una narración más dinámica y con más voces.

Añadir, que el uso de los tiempos verbales y la mezcla de presente histórico y pasado, aunque genera dinamismo para un oyente común. La alternancia no siempre está marcada de manera simétrica, algo que en un formato oral y narrativo entendemos que es algo buscado.

Una revisión de otros episodios de la serie, que ya lleva más de 140 capítulos, nos muestra casos muy distintos, desde desapariciones misteriosas hasta crímenes que conmocionaron a comunidades enteras. También hay episodios dedicados a casos internacionales. Y no faltan los relatos de sucesos escalofriantes. 

Historias narradas en definitiva con el estilo pausado y documentado de Clara Tiscar, que combina rigor y cercanía para que el oyente siga cada caso paso a paso. Todo ello con la colaboración de Ana Rivera, Eugenio Viñas, Jesús Blanquiño y Seila Aguirre Vázquez. 

Javier el Busto (jelbusto@radioyentes.com)

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